Zdravo Bosna i Hercegovina! Sarajevo, baby!
Después de Split, dejamos Croacia a un lado para cambiarnos de país. La entrada a Bosnia y Herzegovina estuvo marcada por impresiones diferentes. Pasar la aduana fue fácil, sólo tuvimos que enseñar el pasaporte y abrir la autocaravana para que comprobaran que éramos dos personas tal y como indicaban nuestros documentos y no más. Y no pagamos nada en la aduana.
¡Qué emoción pasar un control de aduana con éxito! Y, ¡qué ganas de conocer la ciudad que brindó unos JJOO de invierno en 1984! :)
Desde el coche, el terreno se percibió menos aprovechado y explotado desde el primer momento. Nada estaba apenas cultivado en los primeros 100 km de BIH. Incluso diría que estaba abandonado. La primera parada que hicimos fue una necrópolis patrimonio de la humanidad por la UNESCO: Nekropola Stećaka Ravanjska vrata. Para ser honest@s no pudimos apreciar gran cosa en ella, las ruinas eran muy escasas y estaban tan deterioradas que sin ninguna información o explicación más profesional nuestros ojos se quedaron prácticamente igual.
Pero sí quiero destacar lo impactante que fue ver el pueblo de al lado de la necrópolis. Estaban todas las fachadas de las casas repletas de signos de metralla. En ese momento pensamos que sería únicamente ahí o en poblaciones más pequeñas y alejadas pero, tras 6 días en BIH, ya nos hemos cerciorado de lo mucho que sufrió este país en la guerra y de todas las huellas tangibles y cognitivas que todavía quedan.
Desde aquí condujimos hacia Sarajevo pero se nos hizo de noche antes de llegar al destino propuesto así que dormimos en la plaza de la iglesia de un pueblo que estaba a 50 minutos en coche de la capital de BIH. Os comento esto porque en medio de la noche nos asustamos muchísimo y creíamos que nos estaban robando las bicicletas porque no paraban de tirar y movernos desde la zona de atrás de la autocaravana. Nos levantamos alteradísimos y con miedo, gritamos bien fuerte como para "espantar" a quienes estuvieran pero únicamente eran dos perros aunque de algo más de un metro cada uno, ¡menudos perracos! y ¡menudo susto! Al final conseguimos dormir pero a la mañana siguiente, mientras comentamos lo ocurrido entre risas, con toque de drama-comedia y hablando de la fuerza que tenían esos dos perros, decidimos mirar detrás de la autocaravana y encontramos parte del destrozo que nos habían dejado de recuerdo. Así que ¡ojo! que en Bosnia y Herzegovina los perros comen coches, jaja. Literalmente ya casi no tenemos medio paragolpes trasero izquierdo, entre otra tela que está rota porque la arrancaron también a bocados.
Lo primero que hicimos en cuanto llegamos a Sarajevo y tras el susto de la noche anterior fue buscar un sitio de pago para dejar la autocaravana segura, nosotr@s poder estar más tranquil@s y dejar nuestras gestiones profesionales hechas antes del fin de semana. Las autocaravanas son idílicas en muchos entornos pero en ciudades, y especialmente en capitales, son un auténtico tostón. Encontramos, como siempre gracias a la app Park4night, un lugar a 30 minutos andando de Sarajevo, cerca de la montaña Trebevic, con unas vistas inmejorables de la ciudad (especialmente por la noche pero no tenemos foto para compartirla con vosotr@s) y todos los servicios necesarios para la AC (depósito de aguas grises, negras, agua potable, electricidad, cobertura, seguridad y silencio) que se llama Sarajevo camp Zlatiste y estuvimos 3 noches por el precio de 60€. Lo recomendamos encarecidamente. Llevábamos sin gastar en dormir más de una semana y el cuerpo y la rutina nos lo estaba pidiendo a gritos, además de lo complicado que es muchas veces la vida de la autocaravana en las ciudades.
Esa misma tarde visitamos el túnel de Sarajevo ó también llamado el túnel de la esperanza. Lo construyeron entre el ejército de Bosnia y los civiles de allí durante la guerra de Bosnia, y en mitad de un asedio provocado por los serbios. Fue una obra titánica con recursos limitadísimos, y condiciones imposibles además de jornadas laborales que ponían en riesgo tu vida las 24 horas. Gracias a este túnel la población de Sarajevo se pudo abastecer de básicos como comida, medicinas y armamento para subsistencia y defensa.
No se perdió este túnel porque la familia que vivía dónde terminaba el túnel, al otro lado de la pista del aeropuerto, decidió rescatarlo y que no se perdiera en el olvido. Esta familia reconstruyó sólo unos 25 metros del túnel, más adelante un turista lo vió, quedó impactado y lo puso así en valor. En el futuro, entre la sociedad y las instituciones se abrió, se puso de nuevo en valor y lo han musealizado para que todo el mundo tenga acceso a verlo y tomar consciencia de lo que ocurrió realmente allí. La entrada de los dos nos costó 20KM (marcos bosnios) que equivale a 10€ entre los dos. En Sarajevo y en muchas zonas del país debes pagar en la moneda local, en muy pocos sitios aceptan euros y también prefieren el pago en metálico que con tarjeta que tampoco todos los sitios lo aceptan o tienen un datáfono.
Al día siguiente teníamos reservado un free tour a primera hora con una guía que fue majísima y una persona especial y muy interesante del viaje, Lejla.
Empezamos por el Ayuntamiento de Sarajevo, a orillas del río Miljacka, que un tiempo atrás había sido la Biblioteca Nacional. Dicha biblioteca fue quemada a finales de agosto de 1992 por bombas incendiarias del ejército de Serbia. Había sido una biblioteca muy rica en cuanto a material y géneros, también con libros incunables. Con fondos europeos y con la ayuda económica del Emirato de Qatar pudieron reconstruirla.
Sarajevo es conocida como "la pequeña Jerusalén de Europa". Fue un ejemplo de convivencia de musulmanes, ortodoxos, católicos y judíos durante siglos hasta que estalló la Guerra de Bosnia y fue asediada y bombardeada entre 1992 y 1995 por el ejército serbio. Casi en una misma calle puedes encontrar una mezquita, una sinagoga, una catedral cristiana católica y una iglesia ortodoxa.
Paseamos por el barrio de la zona otomana, el barrio Bascarsija. Lo primero que encontramos en sus calles es un bazar de puestos variados. Desde alimentación, especialmente dulces, pasando por joyerías (sobre todo plata de Bosnia), útiles de aseo y productos aromáticos donde predomina la lavanda, artesanía autóctona, cuadros, restaurantes, teterías y cafeterías (el café bosnio dicen que es mejor que el turco, lo confunden también con el turco pero la elaboración es lo que en Albacete y en Murcia llamamos "café de puchero") y terminando con numerosos puestos donde trabajan el cobre. También os dejo por aquí un sitio para tomar el mejor café bosnio, se trata del café Tito.
Luego llegamos a la plaza más famosa de la ciudad, la plaza de las palomas con su representativa fuente Sebilj que, si quieres volver a Sarajevo, cuenta la leyenda que debes beber agua de esta fuente.
Y desde ahí fuimos a visitar la mezquita más grande del país: Gazi Husrev-beg Mosque. La entrada cuesta 6KM (marcos bosnios), es decir, unos 3€. Es una pequeñísima "mezquita azul" de Estambul y merece mucho la pena verla por dentro. Y una curiosidad extra podría ser el reloj lunar que se encuentra en el recinto de la propia mezquita puesto que es el único reloj lunar público que está en funcionamiento en todo el mundo y, por ende, en uso. Puesto que el rezo de los musulmanes se ajusta al horario lunar y un día lunar es un poquito más corto que un día natural solar, hay un relojero que todos los días ajusta a mano esta pequeña diferencia.
Para probar comida típica tienes muchas opciones en Sarajevo pero sé que vamos a dar la mejor opción en este blog ;) Lo podeís gozar muchísimo si vais a esta casa de comidas, ASDZ, con una calidad-precio perfecta, muchísimas opciones de platos locales y donde el comensal sale ganando.
También tengo que decir que en este barrio vi una tienda espectacular, única e inigualable. Hacía tantísimo tiempo que no encontrada una tienda con tanto flow... La comparto por aquí, se llama Bazerdžan Baščaršija y la recomiendo 100%. Tiene desde ropa de diseño, bisutería de alta gama, decoración singular, cuadros e ilustraciones, menaje, útiles prácticos de vida y de viaje... Todo hecho a mano y de artistas bosnios... ¡Qué estilazo tienen por favor! Y ahí fue cuando abrí la veda de darme un capricho del viaje con unos pendientazos que los reservo para mí y para próximos eventos, jeje!
La siguiente foto que os voy a enseñar es este mural moderno en el que pone Sarajevo meeting of cultures donde en el Este se encuentra el barrio otomano, y en el Oeste se encuentra el barrio austrohúngaro. Es decir, para que os hagáis una idea, hay dos estilos de ciudad en una misma ciudad que realmente no están separados, conviven bien. Y es ahí donde está este mural en el suelo. La diferencia es muy apreciable en cuanto a la estructura de esas dos partes de la ciudad (como dos ciudades) y a sus edificaciones, locales, etc. La parte otomana puede recordar a Estambul y la parte austrohúngara es como una pequeña Viena.
Esta otra zona es más moderna pero, sobre todo, es más occidental. Callejeamos muchísimo también y pasamos por un par de mercados, plazas, museos, el banco central, área universitaria, zona de fiesta, locales más alternativos, cines y algún monumento emblemático. Os cuento a continuación un poquito sobre lo que más nos gustó o impactó y más disfrutamos.
Como siempre compramos fruta, verdura, queso y/o frutos secos en este antiguo mercado, Markale. Durante el asedio de Sarajevo fue atacado dos veces con el objetivo de matar civiles. En febrero de 1994 y en agosto de 1995. Este último ataque causó la intervención de la OTAN para poner fin al conflicto en Bosnia y Herzegovina.
Visitamos la Galería Nacional de BIH que, por 5€ por cabeza, merece mucho la pena. Especialmente si te gusta el arte y descubrir nuevos pintores locales. Destacaría que vi muy buen@s dibujantes, ilustrador@s, excelentes viñetistas... más que pintor@s. Y que la guerra está presente en muchísimas partes. Al lado del museo, de nuevo, vimos otro edificio con muchísimos restos de metralla.

Tanto la Galería 11/07/95 como el Museo de Crímenes contra la Humanidad y Genocidio 1992-1995 son altamente impactantes. Pero del tema de la guerra en Bosnia en profundidad os contaré más adelante, en la siguiente entrada del blog y aprovechando la visita a Mostar.
Catedral del Corazón de Jesús y la estatua es del Papá Juan Pablo II ("te quiere todo el mundo" como decían). Justo en frente de esta catedral puedes encontrar algunas de las llamadas "rosas de Sarajevo" más impactantes.
Cuando paseas y bajas la cabeza en la ciudad puedes ver marcas rojas en el suelo. Son las Rosas de Sarajevo. Marcas que dejaron en el asfalto los bombardeos de numerosas víctimas mortales, destacadas éstas con pintura roja simbolizando la sangre derramada. Es una forma - un tanto peculiar - de homenajearlas.
La Catedral de la Natividad de la Madre de Dios es una iglesia ortodoxa y para quien no lo sepa estas iglesias no admiten imágenes en tres dimensiones para veneraciones como sí acostumbramos a ver en las católicas, sólo imágenes planas, dibujos bimensionales o, como muchísimo, con un bajo relieve.
Seguimos paseando por la calle principal y comercial de Ferhadija hasta encontrarnos con el memorial La Llama Eterna que, como su nombre deja claro y como las hay en otras ciudades, es una llama que nunca se apaga. Esta llama está dedicada a los soldados y a los civiles que, durante la IIGM liberaron la ciudad de los nazis y los ustachas. Los ustachas eran otra organización ultranacionalista croata basada en el racismo religioso, aliados también con los nazis, que masacraron serbios, judíos y gitanos.
De lo que más ganas tenía era de presentaros a Vucko. Fue la mascota de los Juegos Olímpicos de invierno de 1984 en Sarajevo y todavía hoy le tienen un cariño fortísimo. Significa "lobito" en serbocroata. El lobo es un animal muy común en los bosques de los Alpes Dináricos y de ahí esta elección de mascota. Puedes ver murales, poster, grafitis y hasta cafeterías y pub dedicados a Vucko. Te aseguro que tu también le cojeras cariño cuando visites Sarajevo. También hay un museo de las olimpiadas que finalmente decidimos no entrar e irnos directamente a ver un polideportivo y los restos de las pistas de bobsleigh que hay.
Sobre la pista de Bobsleigh de los JJOO de Invierno de 1984 se trata de una instalación deportiva abandonada tras la guerra. Sarajevo construyó esta pista de 1300 metros de hormigón para el descenso de trineos desde una de las montañas más importantes que rodean la ciudad (muy cerquita desde donde tuvimos la autocaravana aparcada). Durante la guerra, la pista de hormigón sirvió como campo de batalla y también está marcada por balas. Aunque actualmente la pista está decorada por grafitis de todo tipo donde predominan frases o dibujos pacifistas. Nosotr@s visitamos la pista por libre pero teníamos un aviso muy importante de dos locales que era que no podíamos salirnos del circuito puesto que en la ladera aún pueden quedar minas sin estallar de la guerra. Os recomiendo que hagáis esta visita porque es "un flipe muy loco" pero que lo hagáis con un guía sí o sí.
¿¿¿Y todavía no hemos hablado del archiduque Francisco Fernando de Austria y su mujer Sofia??? La ciudad de Sarajevo merece varios días, varias conversaciones y varios cafés... Es una ciudad muy intensa, en la mejor acepción de esta palabra :)
El suceso más famoso de Sarajevo tuvo lugar el 28 de junio de 1914. Hablamos del asesinato del heredero al trono austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria. Un nacionalista serbo-bosnio, Gavrilo Princip, le disparó desde una esquina cuando el archiduque cruzaba el puente en carruaje con su mujer Sofía. Siempre se ha dicho que este incidente marcó el inicio de la IGM, ya que el imperio Austro-Húngaro declaró la guerra a Serbia a partir de este acontecimiento. Es una parada imprescindible para los apasionados de la historia y para cualquier ciudadano del mundo, en realidad. En el lugar del disparo, muy cercano al Puente Latino hay una placa conmemorativa del suceso y una réplica del carruaje en el que iban, además de un pequeño museo.
Aquí se nos han colado otras dos fotos más... ¡Jaja! Y es que Gustavo sabe que soy una loca de los tranvías y siempre me saca fotos de este tipo: "Elena, corre, ponte... ¡Tranvía!!!" :)
No se me puede olvidar contaros que uno de los mejores sitios para ver un atardecer espectacular es desde El Bastión Amarillo. ¡Disfrutadlo!
Como veis, cuesta muchísimo decirle adiós a Sarajevo... Es una ciudad que cala mucho, bien adentro y fuerte. Fueron tres días bárbaros. Pero nuestro camino ha de continuar... ¡hacia adelante! Bosnia tiene mucho que decir...
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