Parque Nacional de la Isla de Mljet
Hemos disfrutado como auténticos enanos aquí, en la Isla de Mljet. Hicimos una ruta de 36 kilómetros en este parque nacional, dormimos sobre unas vistas altas de un acantilado azul galáctico. Concretamente, la ruta H del Parque Nacional Mljet para quién tenga la oportunidad. Estuvimos totalmente solos y pudimos tener un acceso al parque sin ningún tipo de problemas y, obviamente, a coste cero.
Este parque natural está situado en la parte oeste de la isla, en pleno mar Adriático, en el sur de Croacia.
También hubo percances porque justamente se me pinchó una rueda y nos faltaba material para arreglarla pero Gustavo inventó una solución y pudimos seguir aprovechando el día. ¡Qué apañado fue! ¡En serio!
Esta isla nos recordó a Menorca, concretamente, al todo el norte de Menorca por su naturaleza más abrupta pero con los tonos de mar del sur de Menorca. Mljet, pese a ser muy pequeña, tiene gran carácter y fuerte personalidad isleña. Un espacio lleno de colores verdes y azules por igual. Siempre lo he dicho, que cuando esa combinación y cantidad de colores existe, el disfrute está aseguradísimo.
También nos llamó muchísimo la atención este tipo de seta de color rojizo y que olía fatal. Era muy curiosa y muy asquerosa. Esta especie no comestible posee un olor fétido, descrito como carne en descomposición, con lo que atrae moscas y otros insectos que le ayudan a dispersar sus esporas. Se llama Clathrus, clatro rojo, también se le conoce como "jaula roja" en referencia a su cuerpo de forma oval con ese enrejado de ramas entrelazadas.
Por la tarde, seguimos dándole a los pedales e hicimos otra ruta circular pero ya sobre pasarela y en llano, alrededor de la naturaleza y en este entorno de lago. También fue una experiencia buenísima. Y muy relajante pues había un airecillo ligero que nos iba despejando la cara a cada movimiento de rueda.
Fue uno de los mejores días del viaje. Lo cierto es que hemos tenido muchos grandes momentos y, por ahora, con ningún gran percance por lo que es difícil saber los días más grandes de toda esta experiencia. Pero sabemos que Mljet es uno de ellos por cómo se desarrolló todo; porque hubo una nueva experiencia (la de nuestra autocaravana viajando por primera vez en ferri), el clima acompañó a la perfección, el entorno y paisaje se salía de lo espectacular que era, porque dormimos en un enclave perfecto, porque tomamos un cafecito en el acantilado, porque nuestro humor y amor estuvo muy presente y en la misma onda ese día.
¡Por cierto! También mantuvimos una conversación con una lugareña, la única persona que vimos, y muy amablemente ella nos dejó llenar el depósito de agua. Esta mujer nos hizo un gran papelón al ayudarnos y nosotr@s, de nuevo, le dejamos una navaja de Albacete de recuerdo.
¡Adiós Mljet! ¡Te queremos para siempre! El viaje continua...
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