¡Menudo nevazo en el Parque Nacional de Durmitor!

¡Seguimos en Montenegro! ¡Qué pasada de país! Siendo tan pequeño, está repleto de naturaleza abrupta repartida entre sus cinco parques nacionales. Dicha naturaleza es uno de los grandes valores del país y por eso para preservarla, en su pequeña superficie, tienen declarados cinco Parques Nacionales: Durmitor, Biogradska, Gora, Lovcen, Prokletije, además del lago Skadar.

Es el paraíso de los senderistas y amantes de las montañas, los bosques, los lagos, los ríos y el aire puro.

Montenegro es un país que conserva una cultura muy auténtica, con un marcado pasado comunista pero abierto para dar sus encantos a conocer. Es uno de los países más desconocidos de los Balcanes y por eso mismo sorprende mucho más.

Es un país que recomendamos totalmente, el verdor de su naturaleza, su arquitectura medieval, sus 300 km de costa, su historia actual más viva y además es un destino muy accesible y de los más económicos del continente europeo.

El hándicap es que el clima ha empeorado en este país y al sol le cuesta salir mucho. De hecho, está lloviendo bastante, los días son de color gris pero no nos está importando demasiado, estamos aprovechando todo lo que podemos, y como podemos. Y las aventuras del día a día continúan cogiendo forma.

Lo primero que fuimos a visitar fue el Black Lake. Este lago negro es un lago glaciar situado en medio del monte Durmitor, a una altura de 1416 metros. Recorrimos todo el lago que se conforma de dos lagos a su vez, e hicimos la ruta completa de un kilómetro y medio aproximadamente. Este lago es el más grande y el más conocido de todos los numerosos arroyos que descienden de la montaña.




También visitamos el municipio más cercano, Žabljak, para hacer la compra y para poner unas lavadoras. Estando allí, el clima empezó a empeorar muchísimo y nos dió tanto respeto que buscamos un alojamiento para poder pasar la noche.

¡Se avecinaba una tormenta imponente con una nevada descomunal! Que, por supuesto, nos tocó lidiar con ella. Y no fue especialmente agradable. Pero ésto ya te lo cuento un poquito más adelante.

A media tarde encontramos una cabaña de madera idílica en el Parque Nacional de Durmitor y aprovechamos para trabajar a gusto, descansar anchos, comer bien resguardados y ducharnos con mucha calma :) ¡Qué gran placer el agua corriente! ¡Y qué lujo!





El clima se puso tan tan feo que nos tuvimos que quedar dos noches allí, esperando a que mejorará (aunque eso no pasó, jaja). Eso sí, aprovechamos muchísimo todo el día completo que estuvimos en la cabaña para múltiples quehaceres que teníamos. ¡Estuvo genial! Muy hacendosos de tareas pero muy cómodos también. #begratefuleveryday

Nuestra sorpresa y desgracia al día siguiente fue...




Pasamos frío, sentimos desidia, tuvimos miedo en la carretera, nos tuvo que ayudar el quitanieves numerosas veces, pusimos las cadenas también obviamente... Estuvimos parados cada dos por tres en medio de la carretera porque era imposible arrancar entre tanta nieve y, cuando se podía, la autocaravana resbalaba. Fueron unos cuatro o cinco horas bastante caóticas. Pero en todo ese tiempo, íbamos avanzando, bajando del coche para quitar nieve, para pedir ayuda a conductores, para compartir tiempo y conversación con conductores que también estaban estancados y atrapados en la nieve... Una odisea donde el frío y el viento fueron nuestros compañeros de viaje. ¡Fue mega incómodo!

Aún así, sabemos que fue una experiencia que nos hizo aprender mucho en este tipo de viajes y lo que vivimos en la cabaña del Parque Nacional de Durmitor fue una pasada.

Y sí, seguimos flipados con Montenegro aunque el clima nos está jugando malas pasadas. Confiamos plenamente en este pequeño gran país. Está siendo muy entrañable y diferente.

Seguimos, Montenegro :)



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